Tratemos, pues, sobre el nahual:
Para entender por qué algunas personas nacen con una dotación extra de energía, al grado que los guerreros quienes conforman algún linaje las puedan considerar como nahuales energéticos, y, por tanto, como probables candidatos a guiar a un grupo y heredar todo el "bagage" mágico y de conocimiento de alguna tradición particular de conocimiento y magia, debemos saber que prácticamente todos los seres humanos que venimos a nacer a este mundo, anteriormente lo hemos hecho en muy repetidas ocasiones.
Es así que no venimos nada más porque sí (como decimos en México: "a la buena de Dios").
Lo que en realidad sucede es que, antes de encarnar, trazamos nuestro propio plan de conocimiento. Este plan nuestro va de acuerdo a todo aquello que nuestra alma quiere experimentar por sí misma (entendamos que la evolución del camino nos va llevando de la mano, hasta que, en una de tantas "vidas", terminamos reconociéndonos en nuestra calidad de seres de luz encarnados).
Llega a suceder que, cuando el compromiso con la conciencia y la luz es muy grande (lo cual sucede, aunque no exclusivamente, cuando el alma está por terminar el ciclo de experiencias que libremente quiso vivir en la Tierra), la personalidad desencarnada le solicita al Espíritu que se la provea con una posibilidad extraordinaria para concluir su ciclo de vidas, reconociéndose en tanto el ser de luz encarnado que, una vez más, será en la Tierra.
Esto puede darse de muchas maneras (la Madre Teresa, por ejemplo, lo que quiso fue llevarlo a cabo de la manera particular que todos tenemos referida), pero generalmente es guiando y/o ayudando a otras almas encarnadas en la Tierra como mejor se puede dar la posibilidad de "despertar" a la totalidad de nuestro ser.
Ahora bien, si la tendencia a lo largo de muchas vidas ha ido por el lado del chamanismo, la sanación, la sabiduría o la búsqueda comprometida del conocimiento, el Espíritu, de acuerdo con su propio plan para la Tierra, puede conceder el otorgamiento de mayor energía para el individuo que está a punto de reencarnar en este planeta.
Pero si no concede mayor energía, bien puede conceder distribuciones muy específicas que nos permitirían despertar a nuestra verdadera naturaleza por medio de la inteligencia, la intuición, la visión, los sentimientos, los sueños, etc. etc. etc. Si se trata de todo esto último, lo que sucede es que la energía se acomoda dentro del huevo luminoso de maneras muy específicas, a las que llamaríamos "direcciones".
Es precisamente porque existe ese Plan del Espíritu que se conjuga con el deseo de conocimiento y sacrificio del alma por encarnar, que los guerreros buscan a los candidatos a formar parte de los linajes exclusivamente entre aquellas personas que han sido "marcadas" por el Espíritu. Esto es así porque la persona marcada generalmente ha olvidado todo lo referente al compromiso que hizo antes de reencarnar. Por lo tanto, para un guerrero auténtico sólo el Espíritu, que todo lo sabe, es de fiar.
Es así que las señales, los augurios, los acuerdos y los mandatos son algunos de los medios que utiliza el Espíritu para hacerle saber a los guerreros auténticos que determinada persona es la adecuada para cumplir alguna función dentro de los grupos y linajes.
Si vemos las cosas sin apasionamientos, entenderemos que nadie debería desilucionarse si, por más que la busca, no le aparece la oportunidad de conocer a un nahual o de formar parte de algún linaje. Cada uno de nosotros tenemos un deseo innato que buscará su realización en esta Tierra, sí, pero este deseo innato solamente se podrá llevar a cabo de acuerdo con el plan de conocimiento que nosotros mismos, en colaboración con las almas encarnadas que nos vamos encontrando sobre la faz de la Tierra, aquellas que nos cuidan y nos guían desde la luz, y el Espíritu mismo, hemos trazado.
Es así, por ejemplo, que alguna persona pueda desear con toda su alma formar parte de algún linaje, y que manifieste ciertas facultades para ello, pero si en el momento en que pueda ser observado por un guerrero auténtico, éste no recibe una señal, un augurio o un acuerdo, simplemente no será considerado. Para un guerrero impecable, si la señal no llega, es porque el plan de vida trazado por esa persona para esta encarnación en particular le impide realizar dentro de algún grupo su deseo innato.
Aunque esa alma particular lo haya olvidado, lo que muy probablemente está buscando es aprender a encausar sus facultades por otros caminos, que no sean ya los mismos que ha estado explorando a lo largo de muchas otras vidas. Quizá, pues, lo que necesita es aprender a valorar en esta Tierra otras opciones en las que resulta más útil a los demás y al plan del Espíritu para esta Tierra.
Por supuesto que, en todo momento, lo que va sucediendo se da en perfecto respeto al libre albedrío que se nos ha concedido en tanto seres de luz encarnados, por lo que es inapropiado lanzar nuestras frustraciones sobre los demás, uno mismo, o sobre el Universo cuando vemos truncados nuestros intentos reiterados por hacer realidad el que consideramos el más íntimo y legítimo de nuestros deseos.
Respetuosamente:
Enrique Rojas.