Xinacatl:
Siempre es perfectamente posible desarrollarse en el camino del conocimiento sin un guía humano presente de carne y hueso, quien en su papel de maestro nos vaya llevando de la mano, mientras supervisa avances y tropiezos. A muchos no les llega este tipo de maestro-guía porque el ego falso suele acaparar con juicios y pre-juicios cualquier interpretación y/o percepción que nos lo manifiesta.
De cualquier manera, conviene saber que en todo momento podemos pedirle la ayuda necesaria a los seres de luz que nos acompañan desde antes de volver a esta Tierra, para solicitarles que intermedien e intervengan hasta que podamos abrirnos a nuestro Yo Superior. Ellos son nuestra mejor ayuda, puesto que lo saben todo de nosotros, principalmente en lo relativo al plan de trabajo y conocimiento que nos trazamos desde antes de revestirnos de carne y hueso.
Además, por supuesto, están las ayudas que se nos ofrecen de parte de todas aquellas personas que nos acompañan en nuestro nuevo paso por el mundo material. Asimismo, de parte de quienes nos quieren, pero también de parte de quienes se nos atraviesan en el camino, y/o nos dan un buen consejo.
Es útil, en toda circunstancia, prestar especial atención a lo que nos legan las mentes más luminosas de todos los tiempos, quienes dan cuenta de sus descubrimientos en el camino del conocimiento por medio de los libros que escribieron ellos mismos, quienes los conocieron o quienes los estudiaron, pero también por medio de las canalizaciones de las almas más amorosas de nuestro tiempo.
Como sea que sea, siempre es necesaria una buena dosis de disciplina para abordar el conocimiento de la manera correcta, paso a paso, sin apresuramientos ni avorazamientos, y con el corazón valiente por delante.
Conviene saber que una vez que el verdadero camino que le toca seguir a cada quien se manifiesta, si por alguna causa no se actuara de la manera correcta, entra en juego una de sus facultades más específicas: la capacidad de autoenseñar. Es como decir que el verdadero camino que nos toca seguir a cada quien sabe conducirnos adecuadamente hasta que nos iluminamos, pero también aplica las correcciones que proceden, sosteniéndolas hasta que rectificamos.
Nunca, sin embargo, pierdas de vista algo que ya he referido en este foro: cada quien lleva dentro de sí a su propio maestro, también referido como el Yo Superior, o el Señor Dios de nuestro ser. El quid del conocimiento es llegar a "él/ella, todo lo que es".
Adelante, pues, que ya lo cantaba Serrat: "jale pa' lante, que empujan atrás".
Enrique Rojas.