Ningunoi:
Pienso que lo que referí fue respecto a que se puede entrar en la luz con todo y zapatos, como también se puede entrar sin zapatos.
Verás, lo de entrar en la luz con todo y zapatos alude, por supuesto, a encender el llamado fuego interno, que sirve para romper la rueda de las encarnaciones sucesivas de manera espectacular y muy específica, en tanto resultado impecable de toda una vida de lucha que busca ese resultado en particular.
Lo de entrar en la luz sin zapatos remite al hecho de que, al cabo de un número determinado de vidas en la Tierra, cuando nuestra alma ya ha saciado su deseo de conocimiento y experiencia del nivel material denso, y cuando ya está en perfecta paz y armonía consigo misma y con las almas de los demás, se le permite, y se permite a sí misma, permanecer en un estado de ser iluminado que depende completamente de sus propias facultades de conciencia de ser, puesto que son estas facultades las que co-crean los mundos (alcanza su propio nivel, para que nos vayamos entendiendo).
Es así que de ninguna manera habría que perder el ánimo porque hacia el final de esta vida presente en la Tierra no podamos conseguir el prodigio de encender nuestro fuego interno.
Por otra parte, si de lo que se trata es de que ya no queremos volver a encarnar en la Tierra, y deseamos alcanzar la libertad que da el reintegrarnos de manera definitiva con el ser multidimensional de luz que verdaderamente somos (a esto yo le llamo el Ser Superior o el Señor Dios de nuestro ser), podríamos llevar a cabo un compromiso de verdaderos guerreros, relativo a hacer y llevar a cabo en esta vida actual en la Tierra todas y cada una de las tareas que nos liberan de cualquier tipo de karma y deseos de experimentar en ella.
Este compromiso es extremadamente serio, porque implica que en cuestión de unos cuantos años deberás vivir y aprender lo que te correspondería vivir en todas las vidas que te queden por delante.
No quiero ni decirte la de golpes que el compromiso conlleva (pero también, y por supuesto la de gloriosas satisfacciones que trae consigo). Creeme que son poquísimos los hombres y/o mujeres que, para bien o para mal, podrían enfrentar tamaña empresa. La mayoría la ve tan difícil aun cuando estan desencarnados (y lo es), que optan por experimentar solamente un determinado número de vivencias y lecciones para cada vida. Sin embargo, si alguno de ustedes deseara llevar a cabo el compromiso lo puede hacer, pues actualmente, y gracias a la nueva energía e intermediación de los señores de luz, a los seres humanos se nos permite terminar de golpe y porrazo con el karma (si a alguien le interesa muy en serio, pero muy en serio el asunto de la gracia que se nos concede actualmente, con todo lo que ello implica, debería atender a las revelaciones de Serapis, quien es el maestro iluminado de la ascención para los habitantes de este planeta).
Como verán, empiezo a remitirlos a las enseñanzas y revelaciones de ciertos maestros ascendidos, pues complementan a la perfección el verdadero camino del guerrero, y porque, como ya sabemos, no todos pueden accesar a las técnicas y conocimientos muy específicos que para la ascención poseen los guerreros de los linajes.
Así pues, ya se podrán ir dando cuenta de que, tal y como en otra ocasión les había dicho: la esperanza irreductible es lo último que muere.
Por supuesto que referente a estos asuntos hay una serie de subtemas que habría necesidad de tratar, para tener más claras las implicaciones que corresponden, pero como todavía tenemos un tiempo por delante para acompañar nuestros respectivos caminos, pues no nos corre prisa alguna... a menos, claro, que entre nosotros ya haya quien decidió convertirse en "enfermo terminal" porque, como decimos en México, ya se le "cuecen las habas" (lo lamento, pero desde la plática con Sergio relativa al humor me animé a ir soltando un poquito del sentido del humor negro cochambre que tanto me gusta).
Enrique Rojas.