Hola Enrique:
Voy siguiendo los consejos que usted va dando, intento abrir mi ser al amor en las acciones de la vida cotidiana y estoy abierto a los seres de luz.
Por las noches siguen ocurriendo fenómenos poco habituales: hace dos noches soñé con cosas luminosas y amorosas -siento que mi explicación sea tan simple pero mentiría si digo que recuerdo algo más-. Esta noche he tenido un sueño -que bien puede haber sido un sueño normal y corriente- en el que un guerrero -creo que un nahual- me daba instrucciones sobre como recapitular, indicándome una forma muy distinta a la que nos enseñó Castaneda. Consistía en hacer un movimiento con la cabeza y la mano izquierda hacia la derecha, pero también he de decir que no recuerdo muy bien la instrucción.
En esto consisten mis dudas y leve fastidio. Sé que tengo facilidad para la ensoñación -recuerdo sueños lúcidos a mis cuatro o cinco años de edad y yo solito y con facilidad he llegado a lo que Castaneda llamó segunda compuerta del ensueño-. Para un ensoñador resulta frustrante no ser consciente de lo que le está ocurriendo en sueños, más aún si piensa que lo que está pasando es de suma importancia. Mi gran duda radica en no saber si estoy haciendo algo mal o debo hacer algo más.
Lo insólito de todo esto es que sin conocerlos en persona, me une un gran afecto a Nerea y los guerreros del linaje de Don Jorge. Un afecto del que deriva mi miedo a no saber dar la talla en estos strange days indeed.
Saludos afectuosos
Antonio