Querido Bachusue (por cierto, ¿cuál es tu nombre?):
Constantemente me encuentro con manifestaciones de parte de las mujeres al respecto de un supuesto machismo en las actitudes de los hombres de conocimiento y/o en sus prácticas (simplemente durante la presentación de mi libro en el año 2000 se levanto una chica para cuestionar al respecto). Lo que no saben o no quieren entender estas personas es que, si bien es cierto que las mujeres son más fuertes a nivel de desplazamientos energéticos, invariablemente se presentan momentos directamente relacionados con su ciclo menstrual en los que, como decimos en México, se les alborotan las hormonas y se alocan que da gusto. Resultado: las mujeres (algunas más que otras) pierden el equilibrio y la sobriedad, por lo que su energía se desperdicia de lo lindo.
Es precisamente por esto que las marcas energéticas que le quedan al hombre como producto de una relación sexual pueden trabajarse con menos sacrificios emotivos, puesto que la testosterona provoca menos desequilibrios que la progesterona. Así son las cosas porque así funcionan nuestros cuerpos, y es por ello que entre guerreros impecables el asunto nada tiene que ver con el machismo, sino con el manejo impecable de la energía.
Así, tenemos que a una mujer desequilibrada le va a resultar muy dificil guiar o encausar a otros, y lo más probable es que, durante un momento especial de desequilibrio, caiga en excesos de todo tipo, provocando en los demás un malestar generalizado. Tal es la causa por la que las congregaciones más exitosas a nivel de manejo de energía son conducidas por hombres impecables, pues son los hombres impecables los que, gracias a que suelen tener mayor equilibrio, meten en cintura los desplantes de ciertas mujeres. El que las cosas sean así es de particular importancia durante las etapas iniciales, las de conformación, pues potenciar cambios estables en los integrantes es una meta de lo más importante para cimentar una posibilidad verdadera de conocimiento (de ahí que a mí me guste ejemplificar con el caso de los nahuales y los grupos de guerreros, pues este tipo de sabiduria lo tienen desde hace siglos, y les funciona a las mil maravillas. En otras palabras, el nahual impecable guía, la mujer nahual impecable reconoce sus desequilibrios cíclicos y en vez de despotricar alegando machismo, contribuye a esta guía con toda su fuerza).
Como vemos, la impecabilidad siempre hace la diferencia.
Saludos:
Enrique Rojas.