Querido Javier:
Primero que nada, trata de dormir ocho horas diarias. Ya durante el día, tómate un descanso de diez minutos cada dos horas. Cuando tengas tu hora de comida, dedícate un minuto de silencio antes de empezar, y cada vez que lleves a cabo tus diez minutos de descanso o cada vez que te acuerdes y te sea posible cierra los ojos, respira profúndamente tres veces, la primera relajando tu cuerpo al exhalar, la segunda calmando tu pensamiento al exhalar y la tercera alcanzando tu espíritu al exhalar. Conseguido esto, visualízate rodeado por una luz dorada que te reenergetiza, y pronuncia el siguiente decreto: "En nombre del Espíritu, yo creo paz en mi vida, y pido sentir su amor cada vez que respire".
Te felicito por seguir mis anteriores consejos y por el buen resultado que te han dado.
Enrique Rojas
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poliyyazul</>
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