EL VIAJE A IXTLAN SENDA DEL GUERRERO

Orestes_Balderas (Mensaje original)

Enviado: 19/11/2003 0:01

Estimado Enrique,

Desde hace cinco días tengo un fuerte dolor en el cuello que inclusive me impide voltear completamente la cabeza hacia el lado derecho; esto se auna a malestares estomacales que no provocan exactamente que me duela el estómago pero sí mucha agitación en el mismo.

Creo que estos malestares comenzaron el día que tomé una decisión bastante cargada de sentimientos (a lo mejor una visceralidad en su total expresión) pero que meditándola es la mejor que puedo haber tomado. Anoche traté de recapitular y se me aflojó un poco el cuello y cedió apenas el dolor. Hoy amanecí un poquito mejor del cuello pero no del estómago.

Una cosa es segura, no es falta de sueño porque he podido descansar mucho y tampoco es exceso de tensión porque los hombros que es donde acumulo la misma no están tensos. Otro síntoma es que me puede doler la cabeza a ratos...

Estoy seguro que en otros tiempos ya estaría en cama con un calenturón de aquellos derivado de estas situaciones; creo que el seguir tus consejos me han ayudado a reducir este tipo de impactos; lo que no sé es de qué forma puedo manejarme para reducirlos al máximo o recuperarme de estas "secuelas".

Un abrazo!

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Mensaje 2 de 2 en la discusión

De:

Enrique_Rojas

Enviado: 20/11/2003 17:59

Querido Orestes:

Usualmente es muy difícil tomar decisiones con el estómago, pues traen sus consecuencias y suelen ser terribles. No te digo que para cualquiera de nosotros es posible reaccionar en todo momento de manera equilibrada, pero sí que se puede trabajar día tras día para ir consiguiendo la posibilidad de equilibrar nuestro temperamento.

Quizá sirva recordar el dicho aquel que dice: "el que se enoja pierde". Efectivamente, como ya lo escribí antes en estas páginas, la persona que se enoja pierde energía, pierde el respeto para sí mismo y para los demás, pierde el equilibrio, puede perder todo lo conseguido, pero ante todo pierde la oportunidad de manifestar la mejor parte de sí, la que verdaderamente honra al creador. A final de cuentas se trata de pruebas que se nos van presentando y que nos indican exáctamente en qué punto del camino nos encontramos.

Yo te recomiendo que sigas recapitulando el asunto hasta que se desvanezca el malestar. Simultáneamente, pídele a alguien que trabaje con energía que te "empareje" la zona de la voluntad. Tú mismo puedes recurrir a un cuarzo amatista limpio, cargado y ya programado, para recolectar la bola de oscuridad que tienes justo debajo del plexo solar, pero también a la altura de los riñones, y no se diga en las clavículas y la garganta. Relájate una vez que termines de recapitular, recuéstate y coloca dos cuarzos blancos a la altura de cada sien (uno en cada una). Al concluir, date una buena ducha con agua fría, imagínate en el interior de una burbuja de luz blanca y acuéstate a dormir, pidiéndole a tu ser de luz que la próxima vez que estés a punto de reaccionar de manera semejante ante alguna situación problemática, te dé un aviso claro y fuerte para que te detengas y lo pienses mejor.

¡Ánimo, pues!

Enrique Rojas.