Querido Frank:
Respecto al linaje de don Jorge, por lo que a Nerea y a mí toca, efectivamente habrá cosas que se irán revelando y que mostrarán su importancia en su debido momento. Pero ahora sé bien que hacerlo no depende tanto de nosotros, y a veces ni de los demás, como de los tiempos mismos que manifiestan la voluntad misma del Espíritu.
Para ponerte un ejemplo, te comento que durante tres años y tres editoriales diferentes estuve tratando de publicar el primer libro de la serie. Los dictámenes eran para deprimir, pues casi todas las editoriales tachaban mi escrito ya terminado de literatura fantástica, además de aseverar que estaba pésimamente escrito. Cuando ya había dejado de intentarlo y estaba más que ocupado en corregir la segunda parte (por cierto, nunca después de recibir estos dictámenes negativos le cambié una sola palabra a mi texto y así se publicó), recibí un correo electrónico de una persona que dictamina libros de chamanismo y misticismo para Grijalbo. En su correo me comentaba que una persona a la que yo conocía (la conocía, en efecto, pero no en persona, sino por vía de internet) le había recomendado que me contactara, puesto que yo tenía un libro sin publicar (esto se lo comenté al paso en uno de tantos correos).
Lo más extraño fue que el contacto entre ellas se dio cuando la dictaminadora intentó llamar por teléfono a una amiga suya, de nombre Araceli. Cuando le contestaron su llamada, preguntó por su amiga, a lo que la persona al otro lado de la línea le dijo que ella era Araceli. De inmediato se pusieron a platicar, hasta que ambas se dieron cuenta de que la persona con la que estaban hablando no era quien ambas creían. Enteradas de esto, se preguntaron a qué se dedicaban. Así resultó que Araceli le recomendó ponerse en contacto para considerar mi libro. Lo más curioso fue que a la dictaminadora le urgía encontrar algún libro que proponer, puesto que al día siguiente tenía una junta definitiva para considerar candidatos antes de cerrar el año fiscal. Fue así que, sin leer mi libro, sin siquiera haberme contactado, y nada más por la recomendación de Araceli, fue que propuso mi libro, que finalmente se publicó cuando, repito, yo ya ni siquiera lo estaba intentando.
En este tenor se han estado dando todas las cosas que Nerea y yo hemos aprendido juntos y que se me ha encomendado dar a conocer. Nada más te digo que en cierta ocasión, y en mi intento por ayudarlos a ustedes, envié un correo a este foro en el que revelaba un decreto secreto por siglos, y que es sumamente poderoso para conseguir protección. ¿Creerás que el correo sí apareció publicado en practicamente todas sus partes, exceptuando precisamente la parte del decreto secreto? Así, pues, muchas veces yo he querido, y algunas mismas no se ha podido... todavía.
Lo que yo les puedo decir es que en este respecto de revelar lo que sabemos a los demás y al mundo, verdaderamente hemos estado siendo guiados por las fuerzas superiores que están muy cerca del Espíritu mismo (lo sabemos, porque así se nos ha manifestado). Yo mismo aprendí ya desde hace un buen número de años a esperar el momento oportuno, que invariablemente siempre ha llegado de manera maravillosa (porque primero, ciertamente, es como encontrar resistencia invencible, pero cuando el tiempo es el correcto, y estás en el camino correcto, todo se da sin mayor esfuerzo alguno y más bien con una facilidad que hace honor al dicho que usamos mucho en México para referir la no resistencia: "como cuchillo en mantequilla").
Hasta ahora yo les he comentado todo lo que se ha podido, y el resultado se va mostrando maravillosamente, por lo que no tengo motivos para dudar que en su debido momento podré dar a conocer todo lo que se me ha permitido saber.
Por cierto que todo esto lo he comentado con don Jorge. "¡Vaya, ya están aprendiendo!", fue el comentario que él nos hizo.
Efectivamente, ya vamos aprendiendo.
Gracias por preguntar.
Enrique Rojas.