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EL VIAJE A IXTLAN SENDA DEL GUERRERO 
  
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ENSUEÑO : Piedritas para Ensoñar/ por Zanate.
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Recommend  Message 1 of 2 in Discussion 
From: EL AGUILA  (Original Message)Sent: 7/7/2003 8:51 AM
De: <NOBR>Alias de MSNzanate_</NOBR>  (Mensaje original) Enviado: 03/07/2003 21:26
Hermanos:

Ayer por la tarde dediqué un buen rato buscando piedritas. Necesitaba
encontrar cuatro pulidas, pequeñas y alargadas piedras de río. Quería probar
lo que comenta CC en El Arte de Ensoñar acerca de lo que el Emisario de
Ensueños le recomendó en una ocasión para entrar en Silencio y mejorar su
Atención de Ensueño [Seguramente ya saben de qué se trata, así que no lo
repetiré para no aburrirlos].

Buscaba cuatro piedritas especiales que se adaptaran a la medida de mis
dedos centrales de las manos (del nacimiento en la palma a la tercera
articulación), pero por más que busqué, solo encontré tres. Las metí en mi
pequeña y plana bolsa negra que casi siempre llevo conmigo colgada del
hombro y luego se me olvidó por completo aquel evento en las siguentes
horas.

Estaba ya acomodado en la hamaca, disponiéndome a dormir, cuando me vino el
recuerdo de las piedritas, así que me levanté y fui por ellas. Decidí
únicamente utilizar dos, en una sola mano, para ver qué sucedía.

Me estaba preguntando por qué las habría olvidado tan completamente en tan
poco tiempo y con qué mano sería mejor empezar a experimentar. Finalmente
dejé de lado el asunto del olvido y me decidí por sostener ambas piedritas
con dos dedos de la mano derecha apretádolas sobre el sitio en que se une
con la palma cada uno de ellos.

Así, sosteniéndolas firme, pero suavemente, cerré los ojos y me dispuse a
dormir; llamando al silencio para entrar -planeaba yo- directo y sin escalas
al ensueño.

Al principio nada sucedió y me costaba un poco conciliar el sueño. Después
de algo así como media hora, la sensación de la presión de las puntas
redondeadas de las piedritas en mi mano derecha se hacía cada vez más fuerte
y llegaba ya a ser casi dolorosa. La mano parecía entumirse gradualmente;
engarrotada en esa posición de garra.

Gradualmente, una mancha roja fue expandiendose sobre la pantalla negra de
mis ojos cerrados (estaban apagados todos los focos de la casa) y comencé a
ser conciente de cantidad de sonidos a mi alrededor, como el de pequeñas
rachas de viento, el golpeteo característico de las hojas secas al caer de
nuestro gran árbol de aguacate, los grillos y las chicharras en el cerro, el
ladrido lejano de algunos perros, motores de autos, barullo y música
distante de una fiesta nocturna en la colonia y el motor que hace circular
de tanto en tanto el fluido congelante en el refrigerador.

Recuerdo luego una especie de vaivén entre la vigilia y la inconciencia, de
oleadas de semi inconciencia en las que pasaban imagenes fugaces que se me
escapaban antes de ser conciente de ellas y en las que también escuchaba
frases inconexas y palabras sueltas. Una de estas frases -no sé por qué- me
sobresaltó tanto que me hizo volver en mí y hasta provocó que abriera los
ojos; la frase no tenía sentido para mí en ese momento, decía: "ya está en
la puerta". Sé que es el Emisario que responde a preguntas que me hago o a
situaciones que deseo resolver, pero como estan desfasadas en el tiempo,
casi nunca logro establecer la conexión entre ellas y lo que las originó. De
todos modos no le hago mucho caso, desde que me di cuenta de que para mí
[supongo que por falta de energía] su "asesoría" en cuestiones de vigilia
son por lo general, auténtica y celestial basura.

No se si fue por sugestión, pero en un momento determinado, vi una sombra
fugaz que se "estiraba" [como en un fade out] por fuera del cuarto. Se había
movido rápidamente desde lo alto de la puerta de la habitación, con
dirección hacia el sur, hacia lo denso y oscuro del fojalle de los altos
árboles del patio. Mi cuerpo amagó un escalofrío, pero luego se relajó y lo
asimiló.

Después de esto incié nuevamente la secuencia con las piedritas y pasando
unos minutos ni me dí cuenta del momento en que me quedé profundamente
dormido.

Lo siguiente de lo que fui conciente es de que estaba soñando; lo curioso de
esto es que recordaba con claridad haberme quedado dormido con las piedritas
en la mano.

Inicié la rutina de verme las manos para transformar el sueño aquel en un
ensueño -si es que no lo era ya- y ví que en la mano derecha me faltaba un
dedo y algunos otros se desvanecían en las puntas, en ambas. En ese momento
no me pregunté el por qué no veía las piedritas, aunque sí recordaba de
algún modo haberlas sostenido al acostarme a dormir.

Me quedé viendo fíjamente la mano a la que la faltaba un dedo y le dije
simplemente "¡brota!" e inmediatamente el dedo surgio de la palma hasta
completarse.

Por un momento me dio risa la simpleza del asunto. Luego dejé eso por la paz
y me dedique a observar con detenimiento el sitio en el que estaba.

Era un sitio muy conocido para mí por haber regresado ya varias veces a él
en el transcurso de mi vida, tanto que hasta se me ha hecho familiar dentro
del ensueño. La fuerza de este hecho me hizo olvidar que dicho sitio para mí
solo existe en el ensueño.

Así que, olvidando que al despertar el sitio no estaría más, me dediqué a
observar todos sus detalles para tratar de corroborarlos en la vigilia y ver
de qué modo aquellas piedritas en mi mano habían cambiado mi manera de
ensoñar.

Después de desplazarme de aquí para allá observando montones de detalles y
objetos, me vino la fuerte sensación de que no habría modo de corroborar
nada, a menos que yo mismo -planeada y deliberadamente- introdujera un
elemento discordante o un dato nuevo en aquel sitio que me forzara a
considerar mi ensueño como un viaje real y corporal a un sitio concreto en
este mundo [Tal era la fuerza de mi convicción en ese instante. A la par de
mi certeza de que mi plan era funcional, tenía la total certeza de que ese
lugar era un sitio concreto y real en la vigilia].

Fui a una gran mesa de madera con objetos personales -papeles y lápices para
dibujo, entre otros- que estaba colocada en una especie de jardín al aire
libre, a un lado de un patio cubierto por grandes lajas de piedra rústica y
casi plana y rodeado por un muro bajo también de piedra y grandes o pequeños
arbustos y plantas. Tomé un lápiz de grafito color verde y me dispuse a
hacer un pequeño y sencillo dibujito en una esquina del patio. Aquel
dibujito, pensé entonces, podría ayudarme a corroborar o a descartar el
ensueño como un viaje pragmático y concreto a un sitio concreto en el mundo
de todos los días.

Cuando levanté el lápiz y dí la vuelta, caí en la cuenta de que no estaba
solo, había gente ahí. Podía ver a mis familiares sentados, caminando o
platicando despreocupadamente entre sí; tal como lo haría una familia normal
en un normal día de fin de semana en su jardín, una mañana hermosa, fresca y
soleada.

Esto me llamó la atención y me hizo sospechar de la irrealidad de aquel
sitio.

Mis sospechas se acrecentaron cuando mi ex-esposa y mi hija pequeña
-distantes en la vigilia por miles de kilómetros- también aparecieron por
ahí y se dirigiéron hacia mí riendo y bromeando como si nada.

Traté de no hacerles caso; tenía la firme determinación de llevar a cabo mi
experimento sin dejarme distraer por nada, pero no pude hacerlo porque la
mujer y la niña insistentemente reclamaban mi atención y se oponían a que
siguiera con mi proyecto.

Entonces me molesté un poco, pero en lugar de gritarle y agredirla -como
casi siempre hago cuando me molesto en el ensueño- le dije tranquilamente:
"Tú no eres real, eres un fantasma de mi mente y no sé porqué te atraviesas
en mi camino para impedirme ensoñar con libertad".

Ella sonrió entre divertida y asombrada, como si lo que yo decía fuera una
broma o como si me estuviera volviendo loco de remate.

Entonces la señalé con el meñique y grité mi intento de ver energía una y
otra vez. Ella comenzó a retroceder, tratando de esquivarme y entre
divertida y asustada. Lo que me dio risa y casi rompe mi concentración, es
que "mi pequeña hija" también participaba de aquel "jueguito"; ella también
la señalaba con el meñique y repetía gritando con su graciosa vocecita todo
lo que yo decía o hacía.

Después de seguir a la mujer que retrocedía por el patio, de acorralarla en
una esquina del mismo y de gritar mi intento de ver energía varias veces, la
figura de aquella mujer resplandeció un poco, luego osciló y se deformó,
para convertirse después en un hombre moreno, alto, lacio y desconocido para
mí; la niña se esfumó y también toda mi parentela durante el suceso.

Aquel sujeto se me quedó viendo con la boca abierta, luego miró a uno y otro
lado como aturdido, entonces dí la vuelta y simplemente lo ignoré para
seguir con mi plan original.

Pero ya no pude continuar, porque se había agotado mi atención de ensueño y
todo se desvaneció en una oscuridad total, hasta que la urgencia de mi
vejiga me forzó a despertarme, después de no se cuanto tiempo.

Me había quedado originalmente dormido boca arriba, con las rodillas
flexionadas y las plantas de los pies tocándose, mientras ambas manos
descansaban libres sobre el pecho, con los codos apoyados a uno y otro
costado, sobre la hamaca.

Desperté boca arriba, con las piernas estiradas, los brazos estirados en los
costados y con las dos piedritas pulidas acomodadas sobre el pecho. Eran
casi las tres de la mañana y después de regresar del baño me di cuenta de
que no tenía nada de sueño ni estaba cansado; cosa poco habitual en mí, que
tengo una facilidad extraordinaria para quedarme dormido a la menor
provocación.

Algo sobresaliente en esta técnica es que dentro del ensueño se está
agudamente conciente de todo, un poco o un mucho más que de forma habitual.
Quizá utilizar ambas manos conlleve algun otro efecto, pero eso todavía esta
por verse.

Ahora pienso fabricarme mis propios objetos para llamar al silencio. Cuatro,
pero de metal en lugar de roca; cortados y pulidos con un esmeril al tamaño
exacto, para ver qué sucede.

Si pasa algo interesante luego les platico.

Con afecto:

Z.
<NOBR> </NOBR>
Respuesta
Recomendar  Mensaje 2 de 4 en la discusión 
De: <NOBR>Alias de MSNEvaDora1</NOBR> Enviado: 04/07/2003 5:44
Hola Zanate: si estas experimentando con estos métodos...y te va bien, adelante...tu propio método llegará de la manera que menos te imaginas y naturalmente. un saludo.

Respuesta
Recomendar  Mensaje 3 de 4 en la discusión 
De: <NOBR>Alias de MSNzanate_</NOBR> Enviado: 04/07/2003 13:02
Gracias EvaDora por tus palabras y tu bienvenida.
¡Hola Serrano!
 
Un abrazo de poder para ambos.
 
Con afecto:
 
Z.

Respuesta
Recomendar Eliminar    Mensaje 4 de 4 en la discusión 
De: EL AGUILA Enviado: 07/07/2003 10:48
GUERRERP "ZANATE":
 
DOS COSAS:
 
1) ESTA DISCUSIÒN TIÈNE QUE ESTÀR EN EL PANÈL DEL "ENSUÈÑO", ES DEMASIADO INTERESANTE Y "IMPORTANTE" PARA QUE PIENSES QUE SE HAYA DE QUEDÀR AQUI EN EL "GENERAL". ASÌ QUE, LA VOY A PASÀR ALLÀ (CON SUS RESPUÈSTAS). COMO BORRARÈ ESTA QUE ESTÀ QUI EN "GENERAL" EN UN SEGUNDO TIÈMPO, SI QUIÈRES QUE TENGA "TU FIRMA", Y NO LA MIA, LA PUÈDES "COPIAR TU" (CON TODAS Y SUS RESPUESTAS) Y YO BORRARÈ MI COPIA.
 
2) ESTAS HACIÈNDO UN "EXELÈNTE" TRABAJO, A BENEFICIO DE TODOS YÀ QUE LO COMPARTES; TE DOY LAS "GRACIAS" POR ESTO, A NOMBRE DE "TODOS" LOS GUERREROS. - SIGUE ADELANTE, QUE VAS BIÈN; SOLO "CUIDATE" PORQUÈ ESTAS CONCIÈNTE ¿VERDAD? DE QUE HAY "PELIGROS" EN EL "ENSUÈÑO". SI QUIÈRES, TE "PROPONDRÈ" AL "SOÑADÒR", PARA QUE TE "ADMITA" EN SU COMUNIDAD; CREO QUE "AYUDARIAS" A MUCHOS CON TU "APORTE", Y "ELLOS" A TI.
 
UN ABRAZO "HERMANO"!
 
EL AGUILA


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Reply
Recommend  Message 2 of 2 in Discussion 
From: EL AGUILASent: 7/14/2003 9:26 PM
De : <NOBR>Surnom MSNzanate_</NOBR>  (Message d'origine) Envoyé : 14/07/2003 22:55

Compañeros ensoñadores:

Continuando con el experimento iniciado con las piedritas para ensoñar, anoche intenté entrar al ensueño sin utilizar las piedras, solo con las plantas de los pies tocándose y al mismo tiempo tocando en ambas manos las respectivas yemas de los dedos pulgar, anular e índice [como en una marcha de poder].

Un poco antes de quedarme dormido sentí claramente cuatro grupos de percepciones simultáneas que parecían provenir de distintos lugares de mi cuerpo:

a) mi Volador personal con su pesada, rígida y repetitiva cháchara habitual.

b) mi Mente Auténtica; alegre, limpia, despegada y suave.

c) las sensaciones de mi cuerpo físico (su posición, el contacto de pies y manos, cierto "entumecimiento" gradual, etc.)

d) la voz del Emisario.

Estuve interactuando largo rato con la voz del Emisario, tratando de averiguar qué resultaría si le dijera que se comportara de uno u otro modo ["baja el nivel!", "cállate!", "habla más fuerte, no... un poco más... un poco menos!", "menos rápido!", "más claro, que no te entiendo!", etc.]. Respondió positivamente a todos mis comandos, menos a contestar inmediatamente después de que yo preguntaba algo.

Luego de un espacio de "no percepción" que no sé cuánto dura, me encuentro dentro de un ensueño. Es una casa de una sola habitación, en unos cerros ya conocidos por mí. Parece un sitio de tierra de "tepetate", sumamente erosionado por el paso de la gente; el patio es muy irregular y de unos diez metros de lado, con desniveles de hasta unos dos metros que parecen haber sido excavados sobre el cerro. Todo tiene bordes curvos amplios y muy gastados. En realidad es un grupo de casas de gente humilde, que parece encontrarse muy en las orillas de una ciudad, apenas si hay algunas plantitas desperdigadas aquí y allá y algunos gatos que deambulan. Mi habitación está llena de personas.

El lugar me parece conocido, ya he ido varias veces a él. Sin embargo, todo cuando hay ahí son solo fantasmas de mi mente, proyecciones que no generan energía.

Comienzo mis experimentos. Elijo a uno de los hombres, uno que está hablando a los demás acerca de cosas banales como el clima y los problemas cotidianos con la familia, lo veo fíjamente y le digo "cámbia tu apariencia", y después de oscilar un poco se convierte en otro hombre. Lo hago cambiar unas cuatro veces de apariencia; es asombroso, ninguno se parece al antecesor. Luego le digo: "vuélvete mujer", y ¡se enoja!. Me dice que ya deje de molestarlo, que ya hizo todo lo que le pedí, que no le pida eso por favor [en este momento me parece divertido, pero en ese momento no sentí nada, solo estaba seguro de que debía imponerme] Lo obligué, se revolvió y se opuso, pero al final no tuvo más remedio que volverse mujer. Pero el esfuerzo que había realizado pareció agotar mi atención de ensueño y todo comenzó a desvanecerse.

Entonces comencé a "girar los ojos" en el sentido de las manecillas del reloj y las cosas comenzaron a hacerce nítidas otra vez. Luego probé a girar con las manos extendidas, y todo a mi alrededor se hizo aún más nítido y definido, pero no tan nítido como con las piedritas.

Ignoré a las personas aquellas, aunque reclamaban mi atención, y me salí para probar algunos pases de tensegridad.

Practiqué algunos movimientos y fue muy curioso, mi cuerpo los efectuaba con ligereza, fuerza y precisión, pero no parecía ser mi cuerpo; es decir, parecía que mi cuerpo no tenía masa, solo forma. Los pases prendieron algunas chispitas rojas y amarillas en la punta de mis dedos cuando terminé [no fueron más que tres movimientos distintos hechos una sola vez cada uno y correspondientes a distintas series o grupos]. Las puntas de los dedos parecían contener millones de puntitos como constelaciones de estrellas. Me entretuve viéndolos "moverse, expandirse y sacudirse" cuando sacudía las "manos" frente a "los ojos" en una y otra dirección, con mayor o menor fuerza. Pensé que terminarían por caerse, pero parecían diminutas brasitas pegadas a los dedos; fueron apagandose muy gradual y lentamente.

Luego ví un gato amarrado en la puerta del patio, era un pequeño gatito, era una proyección también, como todo ahí dentro.

Me agaché [quería en realidad, probar algunos movimientos del pase del Tigre Dientes de Sable], toqué el suelo irregular de dura tierra apisonada y quise ser un gato, pero en lugar de eso, me llegó la sensación de ser un tigre. El cuerpo se contrajo en distintos sitios y me sentí feroz, muy fuerte y ligero. El gatito frente a mí se erizó y gruñó asustado, pero enfrentándome mientras retrocedía hacia un lado de la puerta. Pasé frente a él sin prestarle atención, gateando suave y elegantemente, como un felino grande y poderoso.

Había gente más allá que parecía enfrascada en sus asuntos. Antes de que me vieran, siguiendo un impulso, me erguí de nuevo e inmediatamente volví a ser "el yo original" que había iniciado el ensueño.

Quería volar, así que, en lugar de elevarme ahí, frente a todos, caminé y corrí con mucha agilidad entre callejones, hasta llegar a una lomita pelada y elevada, del mismo material de dura tierra con muy poca arenilla gruesa suelta encima.

Parecía que acababa de amanecer, todavía no salía el sol o acababa de meterse a mi espalda. Era un cielo altísimo, azul blanquecino y sin nubes. Me paré, abrí los brazos, y me dejé caer como una tabla hacia un valle enorme y hermoso que se extendía como una gran colcha de colores hasta unirse con el cielo, allá en el horizonte infinito.

Con afecto:

Z.


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