Querido Sergio:
Si con eso de abrir un ojo te refieres a que en tu meditación te apareció un ojo y que tú lo abriste me parece que es muy buena señal. Nada más te cuento que una vez tuve que ir al desierto de Wirikuta (sagrado para mis queridísimos huicholes y para mí mismo), precisamente con la encomienda de abrir el ojo. Lo conseguí, y, a partir de ese momento, constantemente veo ojos al despertar por las mañanas, o flotando en el aire en cualquier momento y a lo largo del día. La señal es clara, e indica que le has permitido al Espíritu y a tu Ser Superior que te empiecen a observar de manera directa. Otra posibilidad es que otro ser de poder te esté observando, para ver tus reacciones.
Lo de la taquicardia es normal, hasta cierto punto, cuando le empiezas a abrir camino a tu Ser Superior, o ya directamente al Espíritu. A Nerea y a mí nos ha llegado a pasar cuando hemos tenido la oportunidad de abrirle las puertas al Espíritu, pues desciende una energía muy elevada, pero dura poco y va seguida de una paz inconmensurable. Y ahora que lo recuerdo, a principios de esta semana descendió sobre mí una energía altísima, mientras redactaba una de las respuestas que le di a cierta pregunta, y que no sólo me provocó taquicardia, sino mareos, pero como eso también me pasa mientras le leo a Nerea las respuestas que les doy cada día, ya ni me sorprende.
Qué te puedo decir del miedo... ¡pues que castra como pocas cosas en la vida terrena! Baste decir que simplemente no hay manera posible de entrar al camino del conocimiento si antes no se logra vencer al miedo.
Enrique Rojas.