estoy leyendo "ser en el ensueño" y después de leer este diálogo he pensado que era de lo más absurdo y no sé que clase de fascinación nos crea a los mortales estas situaciones (también me refiero a los guerreros doctrinólogos que parece que nos camelan enseñándonos la patita cuando quieren y nosotros picamos como borregos) ¿no es toda la temática absurda de castaneda y los guerreros del linaje de don juan y dem´s un camelo? Si no piensen en las actitudes de los "presuntos" (digo presuntos por no comprobados) tan maniqueas de los guerreros del grupo de don juan. Exageradas en sus ademanes y demás.
Para ahorrarme toda especulación acerca del porqué estaba sola en la casa, pues ni siquiera el cuidador había dado señales de vida, mc dediqué a lavar los pisos. Este tipo de trabajo siempre ejerció un efecto tranquilizante sobre mi. y había terminado con todas las habitaciones, inclusive la cocina, cuando escuché el inconfundible sonido de un motor Volkswagen. Corrí colina abajo y me tiré en brazos de Isidoro Baltazar aun antes de que él abandonase el vehículo, casi arrojándolo al suelo.<o:p></o:p>
—No lo puedo creer—dijo riendo mientras me abrazaba. —Tú eres la chica de quien tanto me habló el nagual. ¿Sabes que casi me desmayé cuando te dieron la bienvenida?<o:p></o:p>
No esperó mi respuesta. Me abrazó de nuevo y, riendo, me alzó en brazos. Luego, como si se hubiese derribado alguna valía en él, comenzó a hablar sin pausa. Dijo que hacía un año que sabia de mi existencia pues el nagual le había informado que le encomendaban una muchacha extraña a la cual describió como las doce de la mañana de un día claro, no ventoso ni calmo, ni frío ni caliente, pero que alterna entre todo eso, volviéndote loco”.<o:p></o:p>
Isidoro Baltazar confesó que siendo el tonto pomposo que era, había sabido instantáneamente que el nagual se estaba refiriendo a su enamorada.<o:p></o:p>
—¿Quién es tu enamorada? —lo interrumpí.<o:p></o:p>
Hizo un movimiento brusco con la mano, evidentemente molesto por mis palabras.<o:p></o:p>
—Esta no es una historia de hechos —dijo irritado—, es una historia de ideas, de modo que verás lo idiota que soy. —De pronto su enojo cedió su lugar a una brillante sonrisa. —Hasta llegué a creer que podría averiguar por mi mismo quién era esa muchacha —e hizo una pausa antes de agregar—: Inclusive he llegado a involucrar a una mujer casada, con hijos, en mi búsqueda. Suspiró hondo, sonrió y dijo:<o:p></o:p>
—La moral de esta historia es que en el mundo de los hechiceros uno debe eliminar el ego o sufrir las consecuencias, pues no hay forma en que personas como nosotros puedan predecir algo.<o:p></o:p>
Al notar que yo lloraba me apartó un poco y preguntó ansioso:<o:p></o:p>
—¿Qué sucede, nibelunga?<o:p></o:p>
—En realidad nada —repuse, riendo en medio de mis sollozos—. No poseo una mentalidad abstracta capaz de preocuparse del mundo de las historias abstractas —y agregué con todo cl cinismo y la dureza que pude reunir—: Me preocupo del aquí y el ahora. No tienes idea de las que pasé en esta casa.<o:p></o:p>
—Por supuesto que si; tengo una muy buena idea —repuso con deliberada rudeza— pues llevo años en estas lides. —Me miró con ojos de inquisidor al formular su siguiente pregunta. —Lo que deseo saber es ¿por qué no me dijiste que ya habías estado con ellos?<o:p></o:p>
—Estaba a punto de hacerlo pero no me pareció importante