Prescripción.
1. Dices que Cristo es dios no igual al Padre.
¿Qué autoridades eclesiásticas alegas en tu defensa? Pues, si tu postura es novedosa, en ese caso estás creando una nueva secta. Si es novedosa y verdadera, también eres el primer cristiano, o al menos el primero en formularla. Ahora bien, si no es novedosa, ni ortodoxa, ni verdadera, entonces es, con seguridad, herética.
Pero, suponiendo que todos los escritores patrísticos se equivoquen en este punto crucial de la fe, mientras que tú y algunos creyentes más estáis en lo cierto, dime: ¿de qué pasaje vétero o neotestamentario se sigue indubitablemente que Cristo sea una divinidad inferior al Padre? ¿De qué enseñanza apostólica? Ya que, si realmente resultase tan claro, y no una invención tuya, ¿cómo imaginar que la inmensa mayoría de los fieles se haya engañado hasta la fecha?
Y ahora contesta: Si la naturaleza de Cristo es divina, ¿debemos considerarlo creador e increado, creador y creado, creado y no creador, o ni creador ni creado? ¿Con qué testimonios bíblicos avalas tu fe?
Refutación.
2. Afirmas ser partidario del henoteísmo, sostenido en múltiples lugares del Antiguo Testamento, lo que da pie a tu concepción trinitaria subordinacionista.
Ahora bien, el profeta David escribe que “Nada son todos los dioses de los pueblos. Mas Yahveh los cielos hizo” (Sl. 95:5), versículo que también suele traducirse como “Todos los dioses de los gentiles son démones”; es decir, criaturas, vanidad. Por otro lado, en el Deuteronomio leemos: “Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor, y amarás al Señor, tu Dios, con toda tu mente y con todas tus fuerzas” (Dt. 6:4), que es el primer mandamiento según Jesús (Mc. 12:29). De modo que, o me engaño, o al rebajar a Cristo al nivel de los démones (peor aún: nombrándolo su cabecilla) promueves su blasfema equiparación a Satanás y el culto diabólico a él aparejado. Pero está escrito: “Nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá al uno y amará al otro” (Mt. 6:24).
Si replicas que Cristo es un dios increado, distinto e inferior al Padre, y no un demon, entonces, según el pasaje citado del Deuteronomio, no debe ser amado ni llamarse Señor, sino siervo. Luego todos los que aman a Cristo en esos términos –es decir, los cristianos- son idólatras, y sin embargo, los que a partir de ese precepto se abstienen de hacerlo –en especial los judíos- resultan rectos en su fe. Así que, salvo que quieras conculcar la Palabra de Dios, si aceptamos tus premisas indemostradas, tienes dos opciones, equivalentes al cabo: O bien ensalzar al Anticristo, o bien negar y rebajar a Cristo.
Saludos.
Daniel.
[contra Tito Martínez: www.las21tesis.com ]
http://www.miscelaneateologica.tk
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Saludos.
Daniel.