PRIMERA LLAMADA<o:p></o:p>
Más que la justicia, el perdón. Más que el perdón, el amor.<o:p></o:p>
SEGUNDA LLAMADA<o:p></o:p>
Antes que la humanidad fuera, el amor ya era y la humanidad entera es hija del amor.<o:p></o:p>
TERCERA LLAMADA (y sonido del caracol)<o:p></o:p>
Cuentan las leyendas que hace miles de años Dios creó al hombre y la mujer. Algunas dicen que del maíz, otras que del barro, dicen también, que Dios sopló sobre un muñeco y con su aliento divino le dio vida; otras cuentan que del fuego divino del centro de la galaxia llegaron miles de chispas de luz que se introdujeron en los monos y que estos comenzaron la metamorfosis hacia el reino humano, también cuentan que otros seres de las estrellas llegaron más tarde atraídos por la belleza de este planeta y mezclaron su genética con las hijas de los primitivos humanos y de ahí nació la humanidad actual. Cuenta también la leyenda que cuando ese cuerpo genéticamente mestizo se agota y muere, la chispa venida de la galaxia espera un poco para volver a nacer de nuevo mestizo para seguir aprendiendo y conociendo este planeta, a veces nace en cuerpo de hombre y otras veces de mujer, a veces nace de un color y luego de otro, a veces en un continente y luego en el otro lado, a veces nace rico y otras pobre y así lo hace hasta que experimente todo lo habido y por haber en este planeta.<o:p></o:p>
Y así ha pasado el tiempo, y el género masculino destacó por su habilidad lógica y el género femenino por su habilidad sensitiva. Y en ese ir y venir de la historia, la humanidad entera ha caminado buscando su camino de retorno al cosmos, muchas veces hemos tropezado al olvidar que el género masculino y el género femenino son la parte izquierda y derecha que mueve el avance de la humanidad.<o:p></o:p>
Hemos aprendido con dolor a través de miles de años de liderazgo masculino que la lógica y la justicia sólo generan guerras y destrucción ecológica.<o:p></o:p>
Pero esta humanidad va despertando poco a poco y ve el caos que ha generado mientras estaba inconsciente. Esta humanidad se está dando cuenta que no puede mantenerse inmóvil o inactiva en este tiempo de crisis, se ha dado cuenta que cojeando no llegará lejos y que debe usar sus dos lados: el derecho y el izquierdo, el masculino en sincronía con el femenino. Se da cuenta que tiene que escuchar a su parte femenina para evitar la extinsión como raza humana.<o:p></o:p>
Es por todo lo anterior que esta parte femenina quiere hablar. Nosotras las Madres del Mundo, queremos sugerirles algunas ideas que podrían generar el suficiente estimulo para inclinar la balanza hacia un equilibrio entre la paz y la justicia para beneficio del Planeta y de la humanidad.<o:p></o:p>
Empezaremos pues, por sembrar en sus conciencias tres puntos fundamentales: <o:p></o:p>
1º No es justo aquél que mata para vengar una afrenta que le ha sido infringida antes. <o:p></o:p>
2º No manifiesta amor aquél que permite que sea lastimado múltiples veces, justificándose en la esperanza de llegar a Dios a través de la inmolación. <o:p></o:p>
3º Es responsabilidad del ser humano construir una sociedad que permita la convivencia armónica entre todos los hombres y mujeres de todas las razas, de todas las religiones, y de todas las lenguas. Con esto en mente, sugerimos ponernos a trabajar activamente en tres niveles diferentes: <o:p></o:p>
a) En el plano de las ideas. <o:p></o:p>
b) En el plano de las emociones. <o:p></o:p>
c) En el plano de las formas, o mundo tridimensional. <o:p></o:p>
En el plano de las ideas: Construyamos cadenas de pensamientos, donde la mayoría de seres humanos plasmen sus pensamiento de porque desea la paz, que escriban todos, los ancianos, los niños de las escuelas, los padres de familia, los trabajadores de todos lados; que escriban gentes de todos los pueblos y en todos los idiomas sobre las ventajas de tener paz y que esas cartas comiencen a circular y saturar los correos de los representantes del pueblo y las autoridades de todos los países, que esas cartas se lean en el radio, que se hagan spots de televisión sobre la paz, que las grandes personalidades sean promotoras de las cartas de paz, busquemos editoriales que hagan estos libros en todos los idiomas, en poesía, en prosa, en lenguajes muertos, en lenguajes vivos. Que sea la carta pública más grande jamás creada de un mundo que pide paz en vez de justicia.<o:p></o:p>
Y entonces, cuando todos hayamos levantado nuestras voces, será imposible que algún gobernante del mundo o algún grupo separatista o terroristas del mundo no se dobleguen ante el peso de una humanidad unida. <o:p></o:p>
En el plano de las emociones: Enlacemos nuestras manos a través de cadenas interminables y elevemos oraciones por la paz. Donemos una sonrisa al mundo y que la palabra perdón se escuche en todos los rincones. Pidámosle a los niños el perdón por todos aquellos que han cometido homicidios o acciones equivocadas, así hayan sido en el nombre de Dios. <o:p></o:p>
Compongamos canciones de perdón, de amor y de paz que muevan a los corazones, para que se escuchen en todos los países y en todas las lenguas, ya que sólo en un corazón donde hay paz puede el mundo encontrar la puerta abierta hacia un futuro promisorio. <o:p></o:p>
Y en el plano tridimensional: Caminemos confiados, caminemos seguros, no permitamos que ni el temor ni la angustia nos robe la felicidad y la paz que debemos manifestar en cada una de nuestras acciones. Evitemos hablar del conflicto y cuando lo hagamos, que sea para expresar esperanza de que el mundo sabrá alcanzar la paz, ya que es más fácil vencer a la separatividad y a la intolerancia a través del perdón <o:p></o:p>
Construyamos un mundo diferente empezando por aceptarnos unos a otros, eliminando las barreras que separan a unos pueblos de los otros. Mantengamos nuestras manos prestas para estrechar a aquellas que claman por ser estrechadas y que nuestras bocas no hablen sino de paz y de esperanza, porque en ellas se encuentra el futuro de un mundo que merece la alegría de vivir. <o:p></o:p>
Más que la justicia, el perdón. Más que el perdón, el amor. <o:p></o:p>
Mas allá de los nombres con que se designa a Dios, se encuentra el creador de todo lo que existe y los seres humanos somos el fruto de su pensamiento y de su voluntad. <o:p></o:p>
Este es un llamado a la parte femenina de La humanidad.<o:p></o:p>
Madres de la Tierra, el mundo nos espera; no es el momento para preguntarse si seremos capaces de detener una guerra para rescatar al mundo, no es momento de preguntarnos si habremos de morir en el intento. <o:p></o:p>
No es el momento para flaquear, es el momento para levantar una voz, una voz que cante en el desierto y se una a otra voz que cante en la jungla de hierro; Es momento que estas voces de las madres se alcen tan alto y tan fuerte que despierten a otras en sus lamentos.<o:p></o:p>
El mundo necesita de una voz que hable y de muchos oídos que escuchen; que la voz del desierto se una a la voz de la jungla de hierro; que el águila y el león se reconozcan guardianes de la paz, y unan sus fuerzas para desterrar por siempre el odio que ha separado a sus pueblos. Es preciso que la luna y las estrellas se fundan en una sola bandera, y que los niños del desierto extiendan sus brazos y tomen los brazos de otros niños que se han unido en las ciudades. Hoy es el momento de la verdad, para que las madres unamos nuestras voces y entonemos el primer gran concierto por la paz. No un concierto entonado por artistas reconocidos en medio de un glamour que es ajeno a las emociones, que es ajeno al dolor, sino un concierto despojado de todos los lujos, pero adornado por un deseo de paz y de fundar un nuevo mundo. <o:p></o:p>
Es necesario que las madres de las grandes ciudades nos levantemos también y hagamos nuestras las voces de nuestros propios corazones, que más allá de una venganza justa, pidamos un amor que siembre de flores los caminos que unen los pueblos y las religiones.<o:p></o:p>
Es necesario que las madres levantemos nuestras voces y destruyamos para siempre la confusión que han causado los nombres de los dioses y los profetas y que han levantado barreras entre los corazones de los seres humanos. <o:p></o:p>
Antes que la humanidad fuera, el amor ya era y la humanidad entera es hija del amor más allá de todas las religiones que el ser humano ha creado; y eso deben entenderlo los grandes jerarcas espirituales.<o:p></o:p>
Ya basta de pintar a las guerras de santas o justicias perdurables, es el momento de trascender las palabras y dejar que sea el corazón el que hable. <o:p></o:p>
Los niños, nuestros hijos, no saben de religiones ni de odios ancestrales, los niños sólo desean jugar en un mundo libre y en paz. Son las semillas de odios y de temores sembradas en sus corazones, las que engendran las separaciones que después se revierten contra sus propios pueblos.<o:p></o:p>
El Mundo necesita a las madres, somos nosotras quienes tenemos el poder para parar ésta y todas las guerras del mundo, necesitamos un solo lenguaje: El de las miradas, el de los abrazos, el de los corazones. No necesitamos ni guerras santas ni justicias perdurables, necesitamos corazones que amen y cerebros que aprendan a convivir en medio de un mundo que evidentemente es múltiple en manifestaciones, pero unido por el aire y la naturaleza. <o:p></o:p>
Que el canto de La Tierra hermane a todas las razas y les haga ver que no existen pueblos separados, que las fronteras políticas son fronteras de papel; que los diferentes lenguajes sólo sirven para ocultar las verdaderas emociones, que todos los corazones sienten por igual; que las creencias religiosas unen a sus pueblos con Dios, pero separan a unos de los otros. <o:p></o:p>
¿Cuándo aprenderá el ser humano que la única y verdadera religión es la que la propia Tierra pregona día con día? <o:p></o:p>
Es el momento de decir ¡ya basta!, es el momento en que las madres nos elevemos más allá de nuestra condición humana y alcancemos la sublimación espiritual ante el influjo de ese amor universal que emana desde el universo y fluye a través de nuestros corazones. <o:p></o:p>
Estamos buscando la fuerza que puede salvar al mundo de una tragedia impredecible, buscamos una fuerza que es capaz de remover escombros con tal de encontrar, tal vez perdida bajo toneladas de odios y rencores pero aún vibrante, la llama del amor divino. Es una fuerza que es capaz de horadar montañas, montañas de venganzas, de resentimientos, de temores, con tal de salvar el débil aliento de amor que mora eternamente en el corazón humano. Hablamos de una fuerza más poderosa que las tormentas, más impactante que el golpe de un ariete y que ha permanecido eternamente presente en la Tierra. <o:p></o:p>
Esa fuerza a la que nos referimos, es el amor de las madres y a esa fuerza deseamos invocar ahora porque ha llegado el momento de que las mujeres tomemos nuestro lugar como las madres del mundo; pues somos nosotras quienes hemos engendrado a la humanidad que hoy se debate entre la paz y la guerra. Somos nosotras las que hemos sembrado el amor o el odio en los corazones de nuestros hijos. Somos nosotras con nuestras caricias las que podemos ser capaces de despertar eso que se ha quedado adormecido tras toneladas de prejuicios y de falsas creencias.<o:p></o:p>
Hoy es el momento de que la voz de la mujer se escuche más alto que las leyes que los hombres han levantado, es el momento de la gran revolución. Es el momento en que las mujeres eleven la voz de los corazones, esos corazones que no son doblegados por las leyes humanas, que no pueden ser limitados por ningún decreto, ni por ningún pensamiento separatista, ni por la voluntad de los presidentes, ni por la voluntad de los religiosos fanáticos, ni por la voluntad de los líderes terroristas. <o:p></o:p>
Les hablamos a nuestras hermanas del mundo para que de inmediato detengan a sus hijos, e invoquen el amor de madre y los paren de continuar con esa carrera de intolerancia que únicamente llevará al hombre hacia abismos de sufrimientos. No es el momento de esconderse, no es momento de enjugar las lágrimas, no es el momento para dejarse vencer por un temor que más tarde se convertirá en llanto de sufrimiento. <o:p></o:p>
Este es un llamado a la fuerza del amor, la única fuerza capaz de doblegar a los más poderosos imperios, la única fuerza capaz de trascender por encima de todas las creaciones humanas, porque el amor de madre nace de Dios y es una fuerza del universo. <o:p></o:p>
En el mundo podrá haber ejércitos completos de terroristas y ejércitos completos de países unidos para contrarrestarlos. Pero en el mundo existimos las mujeres, que somos el 50% y no hay ejército más poderoso y que tenga más integrantes que el amor de las madres del mundo y de aquellas que son madres en potencia. <o:p></o:p>
Unámonos en aquello que une al mundo, unámonos y empecemos a reconfigurar a este mundo que hasta ahora no ha encontrado la fórmula que dé la paz a todos sus ciudadanos. <o:p></o:p>
Ya antes les dimos oportunidad de decidir con la cabeza a los hombres, y miren donde estamos. Es turno ahora de usar el corazón. Este es nuestro momento de sembrar el amor divino y corregir de una vez por todas el ecocidio ocasionado por una humanidad que no sabe amar. <o:p></o:p>
Este es momento de la mujer y de la madre porque el amor ha llegado para quedarse. Y eso…NO ES NEGOCIABLE. <o:p></o:p>
Gracias. <o:p></o:p>
NOSOTRAS LAS MADRES DEL MUNDO.<o:p></o:p>
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