INTRODUCCIÓN
Fue don Juan Matus, un brujo maestro —un nagual, como se denomina a los brujos maestros cuando conducen un grupo de otros brujos— quien me introdujo en el mundo cognitivo de los chamanes que vivieron en México en la antigüedad. Don Juan Matus fue un indígena nacido en Yuma, Arizona. Su padre fue un indio yaqui, nacido en el estado de Sonora, México, y su madre, probablemente, una india yuma nacida también en Arizona. Don Juan vivió en su ciudad natal hasta los diez años. Luego su padre lo llevó a Sonora, donde se vieron envueltos en las endémicas guerras de los yaquis contra los mexicanos. Su padre murió y don Juan terminó viviendo en el sur de México, donde se crió con familiares que se hicieron cargo de él, que por aquella época contaba diez anos de edad.
Cuando cumplió los veinte, tomó contacto con un brujo maestro, Julián Osorio, quien lo introdujo en un linaje de brujos del que se decía que tenía veinticinco generaciones de antigüedad. Julián Osorio no era indio, sino hijo de inmigrantes europeos que habían llegado a México. Don Juan me contó que el nagual Julián había sido actor y que era una persona extraordinaria e impactante: hábil narrador, mimo, adorado por todo aquel que lo conocía, con un fuerte poder de convicción, imponía su presencia en cuantos lo rodeaban. Durante una de sus giras teatrales por el interior del país, el actor Julián Osorio cayó bajo la influencia de otro brujo maestro, el nagual Elías Ulloa, quien le transmitió la sabiduría de los brujos.
Continuará...