Pego aquí esta contestación a las cuestiones de Albert en lugar de la comunidad de origen porque, por una parte la pregunta está específicamente planteada a Enrique y contestarla allí se me hace como ser un poco metete, y por otra la ahorro a Aguila tener que pegarla aquí.
No hay magia blanca y negra, esa es una distinción producto de la moral de las religiones que etiquetan en bueno o malo, lo que proviene de una distorsión de su incapacidad de incorporar a su propio dogmatismo los opuestos equilibrentes de la vida, lo que sería el yin y el yang taoísta. Lo que sí hay en la magia es impecabilidad, o su falta, pero eso corresponde al brujo, no a la brujería.
Los sacrificios tienen todos en común su naturaleza contactual. Son un contrato, un compromiso, con otras entidades que implican un intercambio de servicios. La cuestión es qué quieres y qué estás dispuesto a dar a cambio, con lo que se establece una relativa proporcionalidad entre el sacrificio y la recompensa. También conlleva un determinado ritual mediante el que se establece la petición y la aceptación del 'precio', y que está en función de la estructura de creencias en que se desarrolla (Wicca, Bodú, Santería, Catolicismo, judaísmo,...). Al final lo que realmente se pretende es la implicación del ser en un determinado intento. Afortunadamente se da una implicación inversa entre el ritual y la impecabilidad. Lo decía don Juan, a través de Castaneda, innumerables veces al referirse a los antiguos videntes, cómo se centraron en sus logros, consiguiendo grandes proezas, pero terminando en un callejón sin salida.
No hay una ética objetiva y absoluta, es una propiedad humana y cada sociedad desarrolla una versión propia. Antes de ocuparse en si es o no ético se ha de fijar uno en qué mundo quiere vivir, qué camino va a seguir, si tiene corazón; entonces se sabrá qué es ético y qué no.
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