Según la propia "doctrina" creada en los libros de Castaneda, solo a través del nagual se puede llegar a la libertad, lo cual, en principio, significa que solo si el "espíritu" conspira para incluirte en sus planes de libertad poniéndote al alcance de un nagual, tu propósito podrá sumarse a su intento. En cristiano, para que nos entendamos, que sin un Don Juan que cargue con nosotros estamos jodidos sin posibilidad alguna de llegar ni al conocimiento ni a la libertad (esto suena más a la predestinación luterana que a otra cosa). De ahí que se infiltren tantos "falsos profetas" que intentar hacerse pasar por lo que no son con afanes lucrativos o simplemente megalómanos. En fin, siempre nos queda la esperanza de aquella ley esotérica que dicta: "cuando el discípulo se encuentra preparado, siempre aparece el maestro". Unas palmaditas y a seguir como mucho intento.

Querida Aguila,

Tu respuesta me ha puesto los pelos de punta. De ella sólo se puede desprender el grado de fanatismo con el que te has tomado algo que en realidad, por las cuatro narraciones de Carlos en las que ha contado lo que le ha venido en gana, solamente puedes "IMAGINAR", pero en ningún momento saber. Supongo que tu credulidad está a la altura de tu desesperación por encontrar algo que le otorgue un mínimo de sentido trascendente a tu vida. Es una pena, pero, desgraciadamente, existen muchos casos como el tuyo: "pura carne de secta". Y lo cierto es que, en un caso tan claro como el tuyo, ese es el único lugar en el que realmente vas a encontrar un "mundo feliz" en el que vivir.

En cuanto a la "doctrina" de Carlitos, asumes como propias experiencias que no son tuyas, creyendo, erróneamente, que con tan sólo leerlas puedes revivirlas como si lo fueran. El conocimiento de las mismas no es para la razón, sino, por expresarlo de alguna manera, para tu cuerpo, para la integridad de tu ser, para, en definitiva (por utilizar una expresión de Castaneda) tu punto de encaje (percepción y definición del ser en un momento dado; es decir, conocimiento-experiencia).

Si fuese tan fácil mover el dichoso punto de encaje como se insinua en los pasajes citados del "conocimiento silencioso", todo el mundo podría tener ese tipo de experiencia. Por el contrario, como se desprende de la propia coherencia de la regla del nagual, tan sólo a través del nagual puede llegar la libertad, pues el mérito en realidad no es del aprendiz, sino de la pericia e impecabilidad del nagual para entregarlo o hacerlo accesible al espíritu a través del acecho tanto si este lo desea como si no (el ensueño, por el contrario, si sería una tarea más personal, pero que sólo emerge cuando a través del acecho se ha ahorrado suficiente energía).

De todos modos, no veo el sentido de mantener discusiones "cuasi-teológicas" como ésta sobre un tipo de conocimiento que es inminentemente práctico, y que nunca se dejaría "etiquetar" convenientemente y en todas sus implicaciones por la razón.

Y , finalmente, en cuanto a mi persona, te puedo confesar que, al menos se supone, soy un "experto", académicamente hablando, en religiones comparadas y moralidad social en general, y, en consecuencia, mis fuentes son mucho más selectas y contrastadas que las que pueda dictar una secta religiosa o esotérica en concreto. De hecho, en virtud de dicho curriculum, en breve me voy a incorporar durante todo un año académico a una universidad del DF como profesor titular invitado.

Ale,  así que, con unas palmaditas (y no precisamente en la espalda) y mucho intento, hasta más leer.