El Mito del Amor
El gran mito del amor consiste en que ustedes creen poder amar a alguien, a algo o, por lo menos, a ustedes mismos. ¡Nadie puede amar a otro! ¡Ustedes no pueden amarse a sí mismos ni amar a otros! ¿Por qué? Porque el amor no es un "hacer" sino un "permitir ser".
La mismísima energía, a partir de la cual este universo está construido, posee en sí misma una cualidad: una dicha de ser, una aceptación del derecho de todas las cosas para que sean y un deleite en la expresión de todas las cosas, a medida que ellas disfrutan su derecho de ser. Todos los seres provienen de la Fuente y tienen el derecho divino a experimentar y expresar su divinidad; y todos los seres tienen el derecho a disfrutar las expresiones de los demás; porque ellos en realidad no son más que uno sólo, aunque ingeniosamente disfrazados para aparentar estar separados.
El aceptar esta dicha y deleite de expresarse a ustedes mismos y a los demás, es una experiencia maravillosa y constituye lo que yo denomino "amor". Sin embargo, no pueden ustedes hacer dicha ni deleite. Sólo pueden permitirles ser, dejar que los barra, de cabo a rabo, como cualquier otra emoción. Y esta emoción no está condicionada, en realidad, a lo que cualquier otro ser esté haciendo; se basa en conocer y experimentar la divinidad que hay en él. Si alguien que conoces, está de malas pulgas, por ejemplo, aún así, está expresando su divinidad, aun cuando esa expresión no te entusiasme.
Así pues, el amor no es algo que hacer. Es la respuesta, desde adentro de ustedes, a una frecuencia particular de energía que fluye no sólo hacia adentro, sino también a través y alrededor de ustedes, de manera constante. Muchas cosas pueden hacer que ustedes se marchiten ante la energía relativamente sutil del amor. El miedo, por supuesto, les impedirá sentirlo y distorsionará el poco que sientan. El miedo no es el opuesto del amor. Es el guardián que custodia el portón y, sencillamente, no les permitirá sentir las altas frecuencias, en sus campos. El miedo se encuentra enraizado en sus sistemas de creencias o en sus opiniones acerca de la realidad, sin que tenga nada que ver con la realidad en sí misma.
El amor consiste en permitirse sentir esta energía respecto a ustedes mismos, respecto a los demás y respecto al universo en general. Comienza con la aceptación del derecho de ser de ustedes y el derecho de ser de los demás. Esta aceptación crece hasta convertirse en un aprecio por ustedes mismos y por los demás, de sus cualidades, dones y bondad básica. Y continua creciendo hasta volverse un deleite y una fascinación respecto a ustedes mismos y a los demás.
Así pues, ¿cómo dejar que esto les suceda? Comiencen por deshacerse de sus temores de estar separados del ESPÍRITU, de ser incapaces de manejar la vida, de ser peores o mejores que los demás. Una vez que se vean a ustedes mismos y a los demás como seres inmensos y multidimensionales "embutidos" en diminutos cuerpos, estos temores se desvanecerán. Esto no tiene nada de fácil; en todo momento están nadando, se encuentran rodeados, de una espesa sopa de miedo, denominada la realidad del consenso. Pero, tal y cómo lo veremos más adelante, esta no es otra cosa que la opinión de la gente acerca de lo que es real y no posee parecido alguno con la verdad. Ahora, por supuesto, ustedes cuidadosamente construyeron la realidad del consenso a lo largo de miles de años y ha sido muy útil en el juego de la separación.
Debido a los miedos profundamente enraizados que la mayoría llevan en sus campos, no pueden diferenciar entre el amor y el miedo. En consecuencia, aquello que ustedes llaman amor, en realidad no es más que un intercambio manipulador de atención y de afectos. La gente que no se ama a sí misma, o que no puede hacerlo, es decir, que no puede ver o permitirse su propia divinidad, desesperadamente va en busca de alguien más que la haga sentir segura y, cuando esta seguridad se ve amenazada, vuelve a caer en el chantaje y en el control emocionales, a través de la retención del afecto, en el nombre del amor.
Muchas veces, cuando escuchen que una persona le dice a otra: "Te amo", lo que realmente quiere decir es: "Tengo miedo y te necesito, como si fueras mi frazadita de seguridad". O cuando una persona sostenga relaciones sexuales con un tercero, su pareja le increpará: "¿Cómo fuiste capaz de hacerme algo así? ¡Creí que me amabas!". ¿Qué tiene que ver, les pregunto yo, la divinidad de otro con los derechos de exclusividad sobre el cuerpo de alguien más? Lo que en verdad está sucediéndose es que la pareja furiosa se siente insegura. Si él o ella pudieran ver la divinidad en sí mismos, o en su pareja, la respuesta probable sería: "¿Te gustó?" Pero, por favor, vean todo esto como perfecto. Haber llevado la separación hasta este punto ha requerido la máxima ingeniosidad de ustedes y se ha convertido en un resonante éxito.
El amor es relajarse, dentro de la verdadera naturaleza de ustedes. Ustedes no pueden salir, en verdad, lastimados al abrirse a esta energía. Claro que otros que aún estén operando desde el miedo podrán hacerles pasar un mal rato; pero intenten ver su comportamiento como respuestas basadas en el miedo, no dirigidas a ustedes personalmente, sino a lo que ustedes representan para ellos. Por eso están actuando a partir de sus propios miedos y su comportamiento nada tiene que ver con ustedes. Este punto de vista es un componente esencial para volverse "transpersonal", pero eso es un tema aparte.
Así pues, véanse a ustedes mismos como infinitamente amados por sus dimensiones más elevadas, especialmente por sus yo-espíritu. Dejen de lado el miedo de estar solos. No están solos, ni podrán estarlo jamás. Lleguen a aceptarse a ustedes mismos, a apreciarse y a deleitarse en quienes verdaderamente son. Entonces podrán empezar a sentir el amor del Espíritu a medida que fluya en ustedes. Y recuerden que el amor no requiere ser dirigido hacia nadie en particular; no es más que la Fuente amándose a sí misma.
Una vez que se permitan a ustedes mismos sentir el flujo de esta energía, a través de ustedes, se darán cuenta de que el flujo se incrementa e inevitablemente fluye desde sus campos hacia todos, alrededor de ustedes; y cambiará la manera cómo ustedes los tratan y cómo ellos los tratan a ustedes. Un día, la represa se romperá y ustedes verán que sus campos quedan inundados de una aceptación incondicional hacia todos y hacia todo. Todo está hecho de la "cosa buena"; por ende, ¿qué no es sujeto de amor?
"¡Espere un minuto!", podrían ustedes decirme. "Estamos rodeados cotidianamente de gente con espíritus malévolos. ¿Cómo puedo amarlos?" No intenten resistirse ante sus caprichosas personalidades o ellos simplemente empeorarán. Sencillamente abran sus chakras del corazón y sientan la energía del amor en sus campos. Si ustedes abren sus chakras del corazón, los demás tendrán que trabajar muy duro para mantener cerrado el de ellos. Y denles sus agradecimientos por haberles dado la oportunidad de poner en práctica esta sencilla estratagema.
El odio, los celos, etc., son sencillamente señales de una personalidad basada en el miedo que no puede sentir la energía del amor al interior de sus campos. Denle a esa persona un corrientazo energético de iniciación, canalizando amor hacia ella. Si el miedo es demasiado grande, puede que no funcione pero, al menos, el fluir de amor desde ustedes impide que el miedo de ella infecte el campo de ustedes. Sin necesidad de volverse condescendientes, sean amorosamente compasivos pues el sentirse tan cercenado del ESPÍRITU es estar en un lugar muy miedoso, ¿recuerdan?
Nunca antes en la historia de este planeta habían sido las energías más conducentes a la apertura hacia esta energía. Permítanse a ustedes mismos resonar con esta nueva energía, a medida que ella se derrama a lo largo de sus campos; y dejen que ella impregne todas sus relaciones, con todos: amantes, amigos, el mecánico de sus carros y la cajera del supermercado. Ustedes son Trabajadores de la Luz que están de primeros en la fila, antes que el resto de la población, y ustedes han estado de acuerdo en comenzar el juego. Así que cuando sientan esta resonancia, sentirán la suficiente seguridad como para permitir que sus amistades alcancen nuevos niveles de intimidad. El miedo a la intimidad es, sencillamente, el miedo a perder la identidad; pero les aseguro que en tal apertura ustedes van a encontrar más de ustedes mismos, no menos. Cuando dos personas se permiten a sí mismas resonar ante la energía del amor, libres totalmente de transigir ante la imposición de condiciones o ante expectativas futuras, comienzan a operar de espíritu a espíritu. En esta expresión plena de quienes son, se vuelve fácil y natural compartirse, mental, emocional y físicamente. El sexo, por lo tanto, se convierte en la unión del espíritu en la carne, en vez de ser una mercancía sujeta de trueque por seguridad o por una buena cena. El cuerpo físico de ustedes es una gloriosa expresión del Espíritu y compartir esta expresión libre, abierta y dichosamente con otra gente no es más que un aspecto más de su divinidad.
Y, ¿qué pasa si alguno está en medio de una relación que comienza a marchitarse? El método antiguo consistía en trabajarla con la esperanza de reconciliar sus diferencias y transigir. Pero ahora, ya conocen que sus firmas energéticas no están engranando. Nadie tiene la culpa, así que hagan las paces y sigan adelante, cada uno por su lado, antes de que se lastimen. Mantenerse adherido al oscuro panorama no le sirve a ninguno y menos, al ESPÍRITU. Ustedes tenían un acuerdo de espíritu a espíritu para estar juntos, durante cierto lapso; y sus firmas resonaban. Pero una vez que el acuerdo se termina, la resonancia falla y es casi como si fueran extraños. Háganle honor a eso y declaren un empate. Dejen de lado el temor de que no habrá más relaciones porque esa energía en sus campos alejará a la próxima persona, a través de la resonancia. A cambio, fijen una expectativa de apertura y anticipación en sus campos y ¡pónganse a observar!
Podría ser difícil ver la perfección del plan cuando sus relaciones primarias acaban de terminar, por ejemplo. Ello podría traerles todo tipo de cosas: abandono, dolor, vergüenza, culpa, pérdida de autoestima, etc. ¡En dónde está la perfección en todo ello! Recuerden que ustedes decidieron participar para sus propios fines. Pudo haber sido para desbaratar viejos patrones, por ejemplo, el de siempre mirar hacia afuera en busca de aprobación, para ganarse nuevas inspiraciones acerca de la naturaleza del amor o para moverse a ustedes mismos hacia un estado transpersonal. No importa la razón, observen ahora el cuadro completo y pregúntense si les sirve. Puede que ustedes hayan necesitado estar solos para traspasar algunos cambios o liberarse para comenzar una nueva relación o para irse a vivir a otro lugar.
Ustedes son Trabajadores de la Luz, están aquí en una misión y se han fijado ciertas experiencias para equiparse hacia un mejor trabajo. Este no es un universo al azar; nada se sucede sin que exista un propósito mayor. Por lo tanto, traten de ver el cuadro completo. Pero por encima de todo, no piensen que alguien más les hizo algo. Está bien sentir un poco de energía de "víctima" para poder limpiarla después de sus campos; pero dejar que "ser víctima" se convierta en parte de su identidad, no sirve de nada y sí reniega de su maestría hasta convertirse en un obstáculo. Y recuerden que el "Chiste Cósmico" está escondido allá, en algún sitio, a la espera que ustedes sean capaces de recordarlo ¡con ingenio y salero!
Un Manual Para La Ascensión, Serapis
http://www.mind-surf.net/page6.htm